Un caballo alado puebla los confines del Olimpo
¿Qué cosa tan extraña es ésta?… ¿Un caballo con alas?… Es decir, un caballo alado. Pocas personas, a menos que se dediquen al estudio de la literatura, de la mitología, o que investiguen sobre los caballos. Pocas personas conocen realmente de quién hablamos cuando hablamos de Pegaso, el caballo de los dioses, el que recorría en un galopante “vuelo” los espacios del Olimpo, tierra de dioses y de diosas de la mitología griega, presidido por Zeus.
Olimpo significa lo más alto entre lo alto. Dicen que la palabra Olimpo significa luminoso y viene del griego ῎Ολυμπος (Ólympos). Es el nombre de la montaña más alta de Grecia.
Dicen que éste, era un espacio prácticamente inaccesible, rodeado por brumas muy espesas, franqueado por las nubes. Desde este lugar las diosas y los dioses contemplaban el mundo y también eran entretenidos e inspirados por las musas.
Versiones del nacimiento de Pegaso
Este caballo que ha poblado la mitología y la vida de los dioses y la vida de los hijos de los dioses y las diosas, tuvo un nacimiento muy versátil, tan versátil que hay varias versiones sobre este acontecimiento.
Primera versión
Se dice que Pegaso nació del Dios Poseidón y de la Gorgona Medusa. Dicen que Pegaso salió de su cuello cuando el héroe Perseo la venció y la mató. ¿Será por ello que Pegaso es capaz de desplazarse en alto vuelo y acompañar a los dioses y a los humanos?…
Segunda versión
En esta segunda versión se cuenta que la sangre de la Gorgona fue derramada en abundancia sobre la tierra fértil y de allí nació Pegaso.
Tercera versión
Se ha dicho también que Pegaso había sido regalado a Belerofonte por la diosa Atenea, la diosa de los ojos glaucos, la diosa de la sabiduría. Sin embargo, otras historias dicen que fue Poseidón quien le dio el caballo a Belerofonte.
Cuarta versión
Se ha dicho también que al poco tiempo de nacer Pegaso, éste corcoveó muy fuertemente en el Monte Helicón y dio una sacudida muy fuerte en la tierra, y de ésta brotó mucha agua. Por ello dicen que el nombre de Pegaso quiere decir manantial. Dicen que Pegaso es fuente de inspiración y dicen que se consagró a las musas.
Todos tras Pegaso, el caballo alado
Después de las circunstancias mágicas que rodearon el nacimiento de Pegaso, muchos dioses querían atraparlo, pero como la mayoría de los caballos, Pegaso era rebelde y voluntarioso y esto no fue tarea fácil para ninguno de los que se empeñaron en esta tarea, por muy dioses que fueran y hubo muchos intentos fallidos, hasta que por fin, llegó un héroe que pudo lograrlo y quien se convirtiera en su domador y fiel amigo.
Atenea, colabora para atrapar a Pegaso
Luego de muchos esfuerzos y de aventuras tras la búsqueda de Pegaso, fue Belerofonte quien logra atrapar a Pegaso.
Belerofonte era el príncipe de Corintio. Cuenta la leyenda que pasó la noche en un templo de la Diosa Atenea siguiendo el consejo de un adivino. Dicen que ésta se le presentó en la madrugada con una brida de oro y le dijo a Belerofonte, que con ella podría atrapar a Pegaso y así fue. Pegaso entonces se convirtió en un gran apoyo para Belerofonte.
Belerofonte y Pegaso una simbiosis sin fin.
Pegaso acompañó a Belerofonte durante mucho tiempo, se convirtió en un manso caballo, pero también en su aliado incondicional.
Belerofonte participó en muchas aventuras, apoyado por Pegaso, el caballo que volaba y recorría el Olimpo con majestuosa vitalidad.
Pegaso acompañó a Belerofonte en sus enfrentamientos con las amazonas y en terribles batallas, una de las más recordadas es la que estableció con Quimera, un monstruo horrendo. Este monstruo fue abatido por Belerofonte en un enfrentamiento atroz.
Quimera
Era hija de Tifón y de Equidna. Dicen los estudiosos que fue uno de los monstruos más horrorosos del mundo antiguo. Tenía tres cabezas: una de león; una de macho cabrío, que le salía del lomo; y otra era de dragón que nacía desde la cola del monstruo. Todas las cabezas vomitaban fuego y el único héroe que logró derrotarla fue Belerofonte.
Pegaso entre la sombra y la luz
Una vez lograda esta batalla, después que Belerofonte venciera a Quimera, el héroe andaba por el mundo, henchido de de orgullo y satisfacción. Belerofonte quiso subir al Olimpo, pero Pegaso no se lo permitió, no se sabe si Pegaso temía porque los dioses no querían aceptar al héroe que había acabado con Quimera o porque el mismo Zeus estaba persiguiendo a Belerofonte. No se sabe tampoco si era que Pegaso no quería relacionarse con los dioses en ese momento.
Pegaso dejó caer a Belerofonte y éste quedó vagando por el mundo hasta el día de su muerte. Pegaso se quedó en los establos del Olimpo y dicen que se convirtió en el medio de transporte d del trueno y el rayo de Zeus.
La majestuosidad y lo predecible se dan la mano
Nos preguntamos en este caso si hubo verdadera fidelidad de Pegaso hacia Belerofonte o sencillamente, le sirvió hasta un momento determinado y después le abandonó y entonces se rompió la simbiosis que en principio existía.
Tal cual como sucede con los seres humanos. Esta leyenda nos muestra entre otras cosas que estamos hechos de luces y de sombras, que la perfección no existe.
Así como este caballo alado en un momento determinado, pierde majestuosidad, igualmente los seres humanos podemos caer de la alturas como Belerofonte, empujado por los aires; o sencillamente como Pegaso, en una acción poco noble. Aunque siempre nos quedarán las dudas sobre la decisión y la acción de Pegaso.
La constelación Pegaso
Se ha dicho que cuando Belerofonte murió Pegaso subió a la morada de los dioses y sucedieron muchas cosas que Pegaso tuvo que enfrentar, como el concurso de las voces de las musas en el Monte Helicón.
Zeus quiso que Pegaso fuera eterno y que trascendiera, inclusive más allá de los mismos dioses. Por eso lo convirtió en constelación. La constelación lleva su nombre y está integrada por cuatro brillantes estrellas que conforman el cuadrado Pegaso.
En el imaginario popular se cuenta que si te quedas mirando al cielo en una noche estrellada y con luna llena, puedes ver esta constelación. Dicen los astrónomos populares que puedes observar cuatro estrellas muy brillantes que parecen unos caballos que galopan en el firmamento y las puedes ver especialmente si miras hacia el norte.
En el campo de la cultura oral, podemos conocer estas leyendas sobre Pegaso y otros caballos alados que se inventan las personas en esas historias orales que se transmiten de generación en generación y que forman parte de la sabiduría popular.
Si revisamos los estudios científicos de los investigadores de la astronomía encontraremos descripciones detalladas y muy interesantes de las estrellas que conforman esta constelación que lleva el nombre de un ser mitológico, pero en el contexto de lo cotidiano, hay todo un imaginario, genial y grandioso que nos permite ver en esta constelación la figura de un caballo con alas que galopa las noches de luna llena.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BELMONTE, Marisa (2003) Mitologías. Barcelona, Editorial Diana
https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/el-verdadero-gustavo-mirabal-castro/
https://www.gustavomirabal.es/uncategorized/gustavo-mirabal-en-el-mundo-ecuestre/
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http://gustavomirabalcastro.online/gustavo-mirabal/venezolano-gustavo/
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https://www.significados.com/olimpo/
https://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/pegaso/
https://www.constelaciones.info/pegaso/
http://www.astroyciencia.com/2006/12/20/historia-de-la-constelacion-de-pegaso/