Un buen entrenador de caballos

Un buen entrenador de caballos

un buen entrenador

Para que un caballo siga las órdenes del jinete o dueño se requiere de un entrenamiento y un entrenador.

Este entrenador debe cumplir con ciertas características que lo hacen apto y capaz de educar al animal.

En este artículo daremos a conocer cuáles son esas características…

Un buen entrenador

Para ser un un buen entrenador se debe ser paciente, respetuoso y no maltratar al animal.

En este sentido, salir de ruta con amigos, montar sin uso de las riendas o realizar un salto de 1,30 m, resultará más efectivo.

Sin importar lo que sea, nuestros objetivos nos motivan para seguir hacia delante.

Ahora bien, en el proceso de enseñanza del caballo es clave la comunicación y la motivación.

Un caballo motivado hará todo lo que se le pida, más si el animal se siente obligado difícilmente reaccionará como se le pide.

La motivación

En una relación respetuosa y confiada, el control se gana practicándolo sin esforzar o castigar físicamente al caballo. En caso de no alcanzar los objetivos, hay que revisar en primer lugar el plan de entrenamiento y la técnica.

Además resulta imprescindible tomarse el tiempo necesario para concretar un objetivo realista, planificar los pasos y ejercicios adecuados para conseguirlo y calcular el tiempo suficiente.

En ningún caso se justifica lastimar al animal en nuestra custodia por no conseguir los resultados esperados.

Previo al momento de subirse al caballo hay que asegurarse de que éste responda al entrenamiento.

Si el animal presenta una conducta rebelde, nada dócil o renuente se debe esperar.

La seguridad del entrenador también es importante. Por ello, lo primero es ganarse el respeto y confianza del caballo.

Sólo así se podrá mantener el control.

Un buen control quiere decir poder mover a petición las tres partes principales del caballo (cabeza, espaldas, posteriores) en cualquier dirección y en cualquier momento.

El caballo debe estar cada vez más responsivo a las ayudas del jinete y éste aprovechar cada ocasión para premiar el caballo con palabras, gestos y caricias, así es que la buena relación entre ambos resulta obvia.

Quién es el líder

En la relación jinete-caballo o entrenador-caballo tiene que haber un líder. Alguien debe tomar las riendas.

Hay que estar en todo momento pendiente del caballo y dispuesto a revisar su método de entrenamiento o tener en cuenta propuestas de otros para facilitarle el aprendizaje.

Un jinete activo da constantemente órdenes al manejar el caballo. Cada uno de sus movimientos o ayudas tiene una intención concreta y espera una respuesta específica por parte del caballo.

Eso incluye los descansos durante el entreno. A medida que la capacidad de atención del caballo se alarga, una persona activa empieza a pedir cada vez más tareas sucesivas al caballo, que al mismo tiempo le ayudarán a estar enfocado durante más tiempo.

Finalmente la atención del caballo está dirigida a la persona y éste adquiere el hábito de mirar a la persona para obtener la siguiente petición.

Un jinete justo no espera milagros instantáneos, sino que es consciente de que cualquier objetivo se consigue a través de pasos pequeños y prácticas constantes.

 

Fuentes consultadas:

https://www.gustavomirabal.es

www.equisens.es

https://www.linkedin.com/in/gustavomirabalcastro/

https://www.gustavomirabal.es/caballos/entrenando-al-caballo/

 

 

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