Gustavo Mirabal y sus vivencias en Venezuela

Gustavo Mirabal y sus vivencias en Venezuela

El éxito es la suma de talento, experiencia y saber, así es la historia de Gustavo Mirabal un hombre perseverante, comprometido con sus sueños y propósitos.

La historia de Gustavo Mirabal inicia con su nacimiento en la ciudad de Caracas en Venezuela, en medio de una familia dedicada al derecho.

La ciudad de los techos rojos, autopistas, sectores populares y plazas alusivas a la historia es la cuna de Gustavo Mirabal.

La niñez de este hombre fue feliz, rodeada del afecto de su familia y seres queridos.

Aún recuerda con infinito amor y añoranza esos paseos que hacían en temporada vacacional donde visitaron diferentes ciudades y pueblos de su país.

Don Gustavo Mirabal Bustillos junto a su esposa empezaba a organizar todo el paseo familiar de agosto desde enero, siempre ha sido un hombre muy planificado.

Durante sus viajes visitaban lugares fascinantes rodeados de la más sabía naturaleza y con muchos significados para la cultura venezolana.

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Vivencias en Los Andes de Venezuela

 

Las montañas de Táchira, Mérida y Trujillo eran parte de los recorridos de la familia Mirabal Castro.

Amaban visitar Isnotú, lugar de nacimiento del Dr. José Gregorio Hernández y el Monumento a la Virgen de la Paz en el estado Trujillo.

Además, en Táchira visitaba a Santo Cristo de la Grita y procuraban acompañar la procesión cada 6 de agosto buscando la protección y cuidado del patrono.

Igualmente, en Táriba visitaban a la Virgen de Consolación, la cual es una vocación hermosa que está muy cerca de la capital del Táchira.

Gustavo Mirabal Castro recuerda los paseos hacia Mérida desde la inmensidad de sus montañas.

Subir el Teleférico, visualizar los picos imponentes con sus blancos glaciares y pensar en el hermoso poema de las cinco (5) águilas blancas de Don Tulio Febres Cordero, es una vivencia mágica.

Los Andes Venezolanos representan para este hombre un sentimiento de paz y renacer, el olor a campo y tonos verdes de la exuberante vegetación de páramos proporcionan un sentir de renacer permanente.

Un Viaje a Isnotú y la Virgen de la Paz

Conocer de cerca el pueblo donde nació el Doctor José Gregorio Hernández es una experiencia única. Por ello, Isnotú y la Virgen de la Paz son dos lugares emblemáticos del estado Trujillo en Venezuela. Sin duda alguna, estos sitios están cargados de historia, fe y espiritualidad. De este modo, ofrecen una experiencia única para quienes buscan conectar con la cultura y las tradiciones del país.

Isnotú es conocida como la cuna del Beato José Gregorio Hernández, un símbolo de fe y medicina en Venezuela. Este atractivo pueblo aloja el Santuario de José Gregorio Hernández.

Este es un lugar que recibe a miles de peregrinos cada año. Aquí, los visitantes pueden conocer más sobre la vida del médico de los pobres. También pueden encender velas y agradecer favores recibidos. La paz y la devoción que provienen del santuario hacen de Isnotú un lugar especial para el turismo religioso.

A pocos kilómetros de Isnotú se encuentra la grandiosa estatua de la Virgen de la Paz, uno de los monumentos en honor a la Virgen María. Este monumento cuenta con 46 metros de altura.

Esta escultura no solo es un tributo a la patrona de la paz, sino también un mirador natural que ofrece vistas espectaculares de los Andes venezolanos. Su ubicación, rodeada de montañas, invita a la meditación y la conexión espiritual.

Visitar Isnotú y la Virgen de la Paz es un viaje que se compone de historia, fe y belleza natural. Este es ideal para quienes buscan un momento de reflexión y tranquilidad.

Un Viaje al Santo Cristo de La Grita

El Santo Cristo de La Grita es una de las figuras religiosas más respetadas en Venezuela. Se encuentra ubicado en el estado Táchira, este destino combina fe, tradición y belleza natural, atrayendo a miles de peregrinos y turistas cada año.

Conocido como “El Cristo Milagroso”, la imagen del Santo Cristo tiene más de 400 años de historia. Según la tradición, fue tallada por Fray Francisco, un fraile franciscano que recibió ayuda divina durante su creación. Desde entonces, el Santo Cristo se ha convertido en un símbolo de fe y esperanza para los venezolanos, siendo protagonista de numerosas historias de milagros y favores concedidos.

El Santuario del Santo Cristo, ubicado en La Grita, es un lugar de encuentro espiritual que destaca por su arquitectura imponente y su ambiente sereno. Durante el mes de agosto, se celebra la tradicional peregrinación en su honor, atrayendo a miles de personas de diferentes partes del país. Este evento es una muestra viva de la devoción popular y de la rica herencia cultural de la región andina.

Además de su significado religioso, La Grita ofrece paisajes impresionantes rodeados de montañas. Esto lo convierte en una experiencia ideal para quienes buscan combinar turismo espiritual con la belleza de la naturaleza. Por ello, Gustavo Mirabal Castro quedó anonadado de espiritualidad y hospitalidad de los lugareños

Un viaje al Santo Cristo de La Grita es más que una visita; es una oportunidad para conectar con la fe y disfrutar de la serenidad de los Andes venezolanos.

Un mágico paseo de Gustavo Mirabal Castro a Mérida: La ciudad de los caballeros

Mérida, conocida como la “Ciudad de los Caballeros”, es un destino fascinante que combina historia, cultura y paisajes impresionantes. Gustavo Mirabal Castro, apasionado por la riqueza cultural y natural de Venezuela, realizó un inolvidable recorrido por esta joya de los Andes.

En su paseo, Gustavo Mirabal Castro exploró lugares icónicos como el Teleférico más alto y largo del mundo. Este sistema lo llevó a disfrutar de vistas inigualables de las montañas andinas, una experiencia única que realza la conexión entre el ser humano y la naturaleza.

También tuvo la oportunidad de visitar la Plaza Bolívar, donde se encuentra la estatua ecuestre de Simón Bolívar, símbolo de la tradición histórica de Mérida.

La ciudad destaca por su combinación de paisajes montañosos y una vibrante vida cultural. Gustavo Mirabal no dejó pasar la oportunidad de recorrer los pintorescos pueblos cercanos, como Jají y Mucuchíes, conocidos por sus artesanías y su hospitalidad.

Para Gustavo Mirabal Castro, Mérida no es solo un destino turístico, sino un ejemplo del potencial de Venezuela para atraer visitantes de todo el mundo. Este paseo fue clave para disfrutar de las maravillas naturales y culturales del país.

Mérida sigue siendo un recordatorio de la grandeza de Venezuela. Sin duda alguna, es un lugar donde la historia, la naturaleza y la cultura convergen en una experiencia mágica.

 

Monumento a Luz Caraballo, Cahachopo.
Estado Mérida.

El oriente y su magia – Gustavo Mirabal y sus vivencias en Venezuela

Si se trata de querer sentir calor y disfrutar de las playas más hermosas de Venezuela, oriente tiene paisajes de ensueño.

Recordemos que oriente está conformado por los estados Monagas, Anzoátegui y Sucre.

El inmenso Mar Caribe se viste de hermosos tonos azules y turquesas para abrazar la bondad del oriental.

Visitar esta zona implica recorrer sus pequeños pueblitos, a este paso por carretera nacional se puede apreciar su gastronomía y artesanías.

Cada playa tiene su propio encanto, unas son más frías y otras frescas.

Es importante destacar, que a nivel geológico el oriente del país tiene dos fallas considerables la de Cariaco y El Pilar.

Ambas formaciones permiten que el oriente posea aguas termales, algunas con propiedades medicinales.

Es por ello, que Gustavo Mirabal amaba visitar las playas del oriente del país y también las aguas termales.

Su playa favorita en el oriente era Playa Medina, y las Playas de Río Caribe.

Disfrutar del paisaje, recrear la mente y comer la gastronomía local era parte de las vivencias de este hombre venezolano en el país.

La llanura es un poema visual de la literatura venezolana.

El hábito de lectura siempre ha acompañado a Gustavo Mirabal desde muy joven.

Así que su primer encuentro con la llanura venezolana fue a través de las obras literarias del famoso escritor venezolano Rómulo Gallegos.

Leer esa descripción prodigiosa y esa narrativa que cuenta toda una historia entre hombre y mujeres, rituales y hechos fascinantes rodeados de la llanura es un regalo a la imaginación.

Cada personaje de Rómulo Gallegos en sus notables novelas muestran la diversidad de personalidades y facetas del venezolano común.

Logrando encontrar la historia perfecta para amar las formas de vida en plena llanura.

Afortunadamente, Gustavo Mirabal Castro logró conocer los estados:

Portuguesa, Cojedes, Apure, Guárico y Barinas y desde esa inmensidad disfrutar de hermosos amaneceres, de la vida del hombre de campo cuidando ganado, de las faenas sobre caballos, entre otros.

Cada región del país tiene su propia gastronomía, esa variedad de platos que surgen en los fogones de madres venezolanas.

Un hombre que se formó inspirado en el ejemplo de la familia

En la familia Mirabal Castro la mayoría son profesionales del derecho.

El señor Gustavo Mirabal Bustillos ha sido un caballero que durante muchos años se dedicó a la administración pública en Venezuela.

Es por ello, que durante la vida de Gustavo Mirabal Castro las conversaciones y vivencias junto a sus padres le permitieron apreciar el ejercicio del derecho.

Esto lo motivó a estudiar la carrera de derecho, disfrutar su época de estudiante universitario, desarrollar la actitud crítica y reflexiva.

Gustavo Mirabal Castro recuerda sus tiempos de joven como una de las mejores etapas de toda su vida.

Igualmente participó en actividades extra-cátedras relacionadas a club de lectura, teatro y filantropía.

Durante sus tiempos de receso vacacional solía unirse con sus amigos y compañeros de clases para participar en distintos proyectos de ayuda a comunidades vulnerables.

Así mismo, le encantaba hacer deporte, practicar senderismo y natación.

Aunque su mayor pasión sería la hípica y el salto ecuestre.

Recordemos que el padre de Gustavo Mirabal Castro es un fanático de la cultura ecuestre y también incentivó a su hijo para que aprendiera esta forma de vida.

Un deporte mil vivencias – Gustavo Mirabal y sus vivencias en Venezuela

 

Practicar un deporte implica desarrollar múltiples habilidades y destrezas.

Gustavo Mirabal Castro es un hombre que ama la hípica y todas las actividades relacionadas con caballos.

Para él, la equitación y el salto de obstáculos como disciplinas son más que una pasión, se trata de una forma de vida.

En favor de ello, hace varios años este hombre exitoso se preocupó por la iniciación deportiva ecuestre.

A tal fin, este hombre deportista logró llevar en alto el tricolor venezolano en las mejores competencias de los Estados Unidos de Norteamérica.

Aprendió todo lo relacionado a eventos, movilización de equinos y junto a su familia se consolidó como un gran empresario.

 

Un hombre del mundo

Venezuela, Estados Unidos de Norteamérica, España y por los momentos Los Emiratos Árabes Unidos son parte de los lugares en los que ha vivido Gustavo Mirabal Castro.

Toda una visión de mundo integrada a la experiencia y saber de este gran empresario y asesor de negocios.

Por hoy sigue ayudando a otros a planificar sus negocios, estrategias y formas de actuación en disciplinas como: las finanzas, economía, la administración, contaduría y el derecho.

Ya son muchos años de experiencia, vivencias y trabajo que le han permitido a este hombre ser reconocido en todo el mundo.

Del mismo modo, experimentar y disfrutar de diferentes culturas, idiomas, conocer tantos ciudades del mundo, vivir en varios países hacen de Gustavo Mirabal Castro un hombre disciplinado, inteligente y respetuoso de otras culturas.

Finalmente, Gustavo Mirabal Castro posee una historia fascinante llena de vivencias, valores, metas logradas, aprendizajes obtenidos, visiones y perspectiva de vida.