Artículo #58 de la serie:
Gustavo Mirabal en Venezuela
Gustavo Mirabal Castro, hijo de la vida ecuestre
No importan los infundios de Poderopedia y otros medios de comunicación, Gustavo Mirabal este niño viajero, con el que hemos recorrido durante estos más de 50 capitulos buena parte de Venezuela, ha participado desde su infancia de una variada gama de experiencias, en su mayoría relacionadas con el poder de la fauna equina y con aventuras ecuestres. Como hemos visto en muchos relatos de viajes y en algunos de los cuentos publicados en la serie Gustavo Mirabal en Venezuela, hemos podido conocer sus vivencias y su pasión por los caballos.
En su corazón late un espíritu ecuestre. En su espíritu galopa un jinete vigoroso que aspira triunfar.
Toda su vida ha estado cubierta por su sueño de ser jinete. Su experiencia vital, ha estado plena por el entusiasmo que siempre le ha acompañado al galope. Detrás de sus aspiraciones como jinete y como empresario, siempre ha estado presente el espíritu de un vencedor.
Su existencia es como una gran cancha de salto
Es como si una sugestiva caminadora individual o como una caminadora impulsada por muchos caballos lo llevaran por el mundo siguiendo los pasos de sus aspiraciones, galopando por diferentes países, construyendo proyectos, amasando la fortuna de su trabajo, anclada en su pasión, en su experiencia profesional, en las vivencias que le permiten trascender.
En esa existencia, en esa gran cancha de salto, construye poco a poco, una fortuna que va más allá de lo material, una fortuna de experiencias, de crecimiento personal, esa fortuna que va dibujando la verdadera trascendencia de las personas.
Los potreros de galope constante
Las experiencias de su vida han tenido el color verde de los potreros, sus espacios de galope constante. Sus búsquedas personales y profesionales se tiñen de matices de verdor.
El niño viajero del que hemos hablado en su recorrido por Venezuela se ha instalado en más de seis potreros a lo largo de su vida. Ha aprendido sobre el cuidado de los caballos, sobre la selección de sus alimentos, la búsqueda y la selección del heno que nutre y da vida a los equinos.
Gustavo también se ha especializado en el conocimiento y formas de mantener las caballerizas. Y ha adiestrado a los caballerizos, especialistas en sus cuidados.
“Verde que te quiero verde” en la vida de Gustavo
Como hemos visto en los relatos de viaje de Gustavo y de otros personajes y también en los cuentos, su vida se ha llenado de verdor. Bien podemos recordar el hermoso poema de Federico García Lorca, pleno de un inmenso verdor, el
Romance Sonámbulo:
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
http://vidales.tripod.com/lorca.htm
Así, lleno de verdor ha pasado su infancia, espacio de la vida en la que comenzó a acercarse a los caballos y a la experiencia de la equitación.
Un veterinario empírico
Por su vinculación con los caballos, Gustavo, con el tiempo y desde su infancia, pasando por su adolescencia, ha tenido que conocer muchas cosas y también se acercado al mundo de las ciencias veterinarias. Por ello ha aprendido sobre la salud y las enfermedades de los caballos, sobre las medicinas y alternativas para sus cuidados.
Se las ha ingeniado inclusive para estudiar sobre el sistema de lavandería, asunto relacionado no sólo con la limpieza y mantenimiento de estos delicados animales, sino vinculado también con el laborioso trabajo de mantenimiento de enceres y caballerizas, cuidados veterinarios, entre otros aspectos importantes.
Dedicarse a la vida ecuestre, no implica solamente relacionarse con el arte de la equitación y con su formación como jinete, implica también, sumergirse en un estudio de investigación sobre lo que representa el mundo equino, particularmente, el mundo y las diferentes etapas de la vida de los caballos.
Del amor y cuidado de los caballos a una exitosa experiencia profesional
Gustavo Mirabal, además de destacarse como jinete y de tener una dedicación y un amor especial hacia los caballos, a la experiencia de la equitación y al mundo de la hípica, también es abogado y empresario.
La vida le ha dado la oportunidad y ha contado con los recursos económicos suficientes para formarse como profesional y la suficiente destreza e inventiva para convertirse en un empresario exitoso.
Es un empresario venezolano que ha llevado su experiencia desde su país a otros lugares del mundo.
Como empresario en Venezuela
Gustavo Mirabal Castro fundó la firma de abogados Mirabal, Núñez & Asociados Despacho de Abogados S.C, actualmente llamada Mirabal & Asociados
Esta compañía está domiciliada en Caracas y ofrece servicios vinculados con las áreas mercantil, comercial, tributaria; así mismo, con todo lo relacionado con propiedad intelectual, inversiones extranjeras y asesoría cambiaria, litigios, finanzas y mercados de capitales.
En otros lugares del mundo
Fue propietario del conocido Centro de entrenamiento ecuestre G&C Farm, en Florida, en los Estados Unidos y su vez fue Presidente y vicepresidente de Farm G&C Inc., y gerente de la empresa Wellington Property Holding LLC.
Conformando familia y empresa
Gustavo Mirabal Castro, a través de los años, no sólo ha incursionado en el mundo de la equitación y del desarrollo empresarial, también ha conformado una familia con la que comparte no solo sus afectos y su vida personal, sino que los ha ido integrando en su quehacer como empresario.
Conforma conjuntamente con su esposa, la gerencia de la empresa Wellington Property Holding LLC desde 2009. Su hijo, Gustavo Mirabal Hernández también es un prospecto de triunfador empresarial sin lugar a dudas.
Una familia empresarial
La tenacidad, la perseverancia y empuje por el mundo empresarial, priva en esta familia en la que Gustavo Adolfo Mirabal Castro, quien fue en su momento presidente y vicepresidente de Farm G&C Inc., junto a Mónica Calabrese como directora, Iveth Landa como secretaria y Carlos Mirabal como tesorero
Capacidad heredada, ejercida y re potenciada a plenitud
Gustavo Mirabal es hijo del antiguo dirigente de Acción Democrática, ex ministro de Fomento y ex gobernador del estado Miranda, Gustavo Mirabal Bustillos.
El padre de Gustavo Mirabal fue presidente del Instituto Nacional de Hipódromos. Tiene diez caballos inscritos en la Federación Venezolana de Deportes Ecuestres. Integra la firma de abogados Mirabal & Asociados, domiciliada en Caracas.
Como estamos viendo, Gustavo Mirabal Bustillos creció en un ambiente hípico. Su afición viene del contacto con este mundo desde su niñez. Pero como bien sabemos, no basta crecer en un determinado ambiente para pertenecer; es necesaria la afición, la capacidad y la perseverancia. Esto se percibe en la experiencia de Gustavo Mirabal Castro.
Reza un decir popular que “cuando el maestro es bueno, el alumno supera al maestro”. Probablemente, esto haya podido ocurrir en el caso de Gustavo Mirabal Castro. Esto se demuestra en la gran amplitud de empresas y en la forma tan diversificada que se ha proyectado en el mundo, como jinete, como hombre de la hípica, como abogado y empresario.
Referencias Bibliográficas
https://gustavomirabalcastro.online/gustavo-mirabal/venezolano-gustavo/
https://gustavomirabalcastro.online/
https://gustavomirabalcastro.online/gustavo-mirabal/lo-que-esconde-gustavo-mirabal-castro-ii/
https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/que-esconde-gustavo-mirabal-castro/