Desde ese puerto de ensueño, de Puerto La Cruz hasta nueva Esparta, Gustavo y la abuela Isabel Teresa, vivirán “la mar de aventuras”
Artículo #81 de la serie:
Gustavo Mirabal en Venezuela
Contactando para alojamiento en Nueva Esparta
La abuela Isabel Teresa se comunicó con la familia Marcano, del pueblo El Tirano, para alojarse en la casa de ellos con Gustavo y María Gabriela, porque la opción de llegar a una casa de familia, en la cual les rentaran una habitación con desayuno incluido y además cin gente amiga, le resultaba más atractiva.
Siempre habían deseado conocer el estado Nueva Esparta, y ante tan buena oferta, sin pensarlo dos veces, alistaron el equipaje.
La abuela Isabel Teresa conocía las vías
La abuela sabía que a Nueva Esparta se podía ir por muchas vías: principalmente por avión y por ferry. Si es por avión, se parte desde cualquiera de los aeropuertos nacionales e internacionales. Si es por ferry, éstos se toman en las ciudades de La Guaira, Puerto La Cruz y Cumaná.
Con relación al ferry, les informaron que hay de dos tipos: uno tradicional y otro más moderno y rápido pero más costoso. Por ejemplo, la salida por La Guaira sólo ofrece el moderno, en cambio Puerto La Cruz tiene las dos opciones y Cumaná solamente el tradicional.
La abuela decidió que era mejor irse por Puerto La Cruz, en el tradicional, que aunque más lento, les permitiría salir a cubierta y disfrutar de la cercanía del mar. ¡Esto iba a gustarles a Gustavo y a María Gbariela!
Los muchachos frente al ferry
La emoción de Gustavo y María Gabriela fue grande cuando lo vieron. Era la primera vez que se enfrentaban a un barco tan de cerca, igualmente por primera vez se montaban en uno así de inmenso, que más bien parecía un edificio acostado, eso les dio seguridad.
… Y se fueron cielo arriba,
Sobre el mar, y más allá
A buscar las islas bellas
Que los hacían suspirar
(como dice el poeta Rubén darío en uno de su poema Margarita está linda La Mar.)
La travesía navegando en el Mar Caribe
La travesía duró alrededor de unas cinco horas, y verdaderamente fue hermosa.
María gabriela y Gustavo anduvieron correteando entre la proa y la popa, y desde allí pudieron disfrutar de la inmensidad del mar, de sus azules variaciones.
Pudieron disfrutar de la bruma, de ese sabor salado y húmedo que se impregna en la piel, y también, del redondo confín del horizonte, que parece unir el mar y el cielo en una línea casi imperceptible.
Abuelita querida !Qué grande es el mar!
—Abuela, ¡qué grande es el mar, no como se ve en las playas! -exclamó María Gabriela, sorprendida ante tanta inmensidad.
—¡Humjú¡ -asintió la abuela-, es inmenso y profundo: infunde respeto.
Pero lo más lindo, para los niños y niñas fue compartir con los más sociables de los pobladores marinos.
Los delfines, el encanto del viaje
Sí, aunque todo les gustó durante el trayecto, lo que más los emocionó fue ver a los delfines que a trechos los acompañaban y emitían chirridos, como saludándolos y otorgándoles permiso para surcar sus espacios.
Y luego, los delfines saltarines, estremecen sus ágiles siluetas grises, y caen en picada y se sumergen nuevamente en el azul del oleaje marino.
—¡Es increíble que animales tan amistosos e inteligentes puedan ser pescados sólo para venderlos! ¿no te parece, abuela? -asintió Gustavo, recordando la belleza de los delfines cuando viajaron a Mochima
—Claro, aunque Venezuela tiene medidas para la protección de estos animales.
La buela Isabel Teresa improvisa versos
Y terminando de hacer este comentario, la abuela inició un canto tan quedo como un susurro:
Nueva Esparta es una lágrima,
Que desde el cielo cayó
Y al acercarse al mar
En tres gotas se convirtió…
Ya se divisa Nueva Esparta
—Ya estamos cerca de Nueva Esparta -dijo uno de los pasajeros, de aspecto margariteño.
Y era verdad, pues a lo lejos ya se podían divisar las costas rocosas y áridas de las islas de Cubagua y Coche.
—Ésta que se ve a la derecha es la isla de Cubagua, detrás de ella está la de Coche —les explicó el mismo pasajero-.
Y así se fueron informando por todo el trayectom desde Puerto La Cruz hasta Nueva Esparta.
La llamaban Cubagua y luego Nueva Cádiz
Por cierto, nuestros hermanos los Guaiqueríes la llamaban Cubagua. Los españoles llegaron por el 1498, y allí fundaron la primera ciudad de Venezuela, Nueva Cádiz, muy famosa por sus ostrales.
Nueva Cádiz fue también tristemente famosa porque un cataclismo la destruyó, eso fue por 1541. Esto es conocido en toda esta zona, desde Puerto La Cruz hasta Nueva Esparta.
Luego, según dicen, los piratas franceses terminaron de destrozarla, la saquearon, la incendiaron, y después de esto, ni unos ni otros volvieron por ahí, seguramente bravos porque las perlas se habían terminado.
De Puerto LA cruz hasta Nueva Esparta, podemos conocer algunas islas pequeñas
Una isla preciosa
Yo les recomiendo que vayan a conocerla, aunque ahora sólo quedan algunas ruinas, pero verlas nos permite imaginar lo que fue. Además la isla, con sus bellezas naturales, sigue ahí, en pie. ¡Todos debiéramos ir a conocer sus ruinas y, por supuesto, disfrutar de sus hermosas playas!
Ruinas de Nueva Cádiz
—¡Oye Gustavo, ese paseo no me lo quiero perder! —exclamó María Gabriela
—¡Ni yo tampoco! Este viaje de Puerto La Cruz hasta el Mar Caribe, ne resulta muy interesante y hermoso.
—Ésa que se ve allí es Margarita y esas dos montañas juntas, son las “Tetas de María Guevara”. Ellas sirven de guía a los navegantes para que no se pierdan -dijo otro pasajero, convidándolos a observar.
—Mientras llegamos déjenme contarles algo de nuestros hermanos los Guaiqueríes -comentó la abuela.
Entonces comenzó a contarles muchas cosas de estas poblaciones indígenas que habitaron el estado Nueva Esparta y otros estado del oriente del país.
De Puerto La Cruz hasta Nueva Esparta, navegaron los guaiqueríes en el Mar Caribe.
Gustavo piensa en recomendaciones
Gustavo escribe en su libro de notas. Piensa en actividades que se pueden realizar en equipo con sus compañeros, o individualmente:
- Realizar un escrito sobre la isla de Cubagua. Describirla cómo nos la inaginamos ahora o en los tiempos de los conquistadores. El escrito podría iniciar así: “Fui a Cubagua en 1540 y así la vi…”
- También se puede contar algo imaginario, que habría sucedido allí. Podría iniciar así: “Fui para Cubagua y miren lo que me sucedió”.
- Recopilar dibujos, fotografías, recortes de periódico del estado Nueva Esparta y sus tres islas, Margarita, Cubagua y Coche. Todo esto sería utilizado para hacer un mural o una cartelera en el salón de clases o en el colegio.
- De Puerto la Cruz hasta Nueva Espartam es una travesía muy interesante y hermosa, por el Mar Caribe.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
https://gustavomirabal.ae/
https://gustavomirabal.ch/
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https://gustavomirabalcastro.online/
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