La alegría y la tristeza en nuestro camino
La alegría y la tristeza forman parte de nuestra vida, porque entre otras cosas son necesarias y complementarias para sentirnos personas. Son dos emociones que nos permiten construir parte del sentido de la vida y como la mayoría de las emociones son difíciles de describir. Y no hay nada más difícil que eso de dar y descubrir el sentido de la vida. Porque este sentido sólo lo encontraremos viviendo, de esto hablamos, cuando hablamos de las tristezas y de las alegrías.
La alegría y la tristeza nos permiten trascender
Sería terreible pasar y recorrer el camino de la existencia sin tener una alegría que nos llene la vida y que podamos celebrar; o alguna tristeza que recordar porque hemos perdido algo a alguien que hemos amado. Finalmente, éstas son las sistuaciones que nos producen esa sensación de profunda tristeza. Esto no es otra cosa que “vivir”
Nos cuesta describirlas
Nos cuesta describirlas porque al final de cuentas, las amociones tienen que ver con la subjetividad y no andamos por ahí describiendo lo que sentimos o no sentimos.
La alegría y la tristeza van tomadas de las manos. Parecería ilógico, pero la alegría y la tristeza tiene más cosas en común de las que nos imaginamos. Muestra de ello es el siguiente poema de Mario Benedetti:
ALEGRÍA DE LA TRISTEZA
En las viejas telarañas de la tristeza
suelen caer las moscas de Sartre
pero nunca las avispas de Aristófanes
Uno puede entristecerse
por muchas razones y sinrazones
y la mayoría de las veces sin motivo aparente
sólo porque el corazón se achica un poco
no por cobardía sino por piedad
la tristeza puede hacerse presente
con palabras claves o silencios porfiados
de todas maneras va a llegar
y hay que aprontarse a recibirla
la tristeza sobreviene a veces
ante el hambre millonaria del mundo
o frente al pozo de alma de los desalmados
el dolor por el dolor ajeno
es una constancia de estar vivo
después de todo / pese a todo
hay una alegría extraña / desbloqueada
en saber que aún podemos estar tristes
QUÉ NOS DICE ESTE POEMA
Pensamos que en este poema, la alegría se centra en la marvillosa experiencia de atarvivos y conscientes. La consciencia nos permite, sentir, reflexionar, preocuparnos algrarnos y también nos permite, sufrir y sentir la tristeza.
Por ello decimos que la alegría y la tristeza tienen muchas más cosas en común , muchas más de las que podamos imaginar.
Cuando nació mi Tristeza de Khalil Gibrán
Kalil Gibrán, el gran poeta y filósofo hindú, no sólo logra cautivarnos por la belleza literaria.
Nos mueve particularmenten por la profundidad de su poesía y de su narrativa. En su libro El Loco, Khalil Gibrán nos presenta a la tristeza y a la alegría, con sus sabias y profundas palabras y nos invita a reflexionar sobre la presencia de ella en nuestras vidas.
Volveremos a nuestros comentarios y reflexiones, después de mostrarles los dos relatos, después de mostrarles los dos reltos de de Khalil Gibrán.
Cuando nació mi tristeza (Khalil Gibran)
Cuando nació mi tristeza la crié con cariño y la cuidé con amorosa ternura. Y mi tristeza creció como todas las cosas vivientes: fuerte y bella y llena de delicias sorprendentes.
Y nos amábamos el uno al otro, mi Tristeza y yo, y amábamos al mundo que nos rodeaba, porque la Tristeza tenía un corazón bondadoso y el mío era bondadoso con la Tristeza.
Y cuando conversábamos, mi Tristeza y yo, nuestros días eran alados y nuestras noches enmarcadas de ensueños, porque la Tristeza tenía una lengua elocuente, y la mía era elocuente con la Tristeza.
Y cuando cantábamos juntos, mi Tristeza y yo, nuestros vecinos se sentaban en las ventanas para escuchar, porque nuestras canciones eran tan profundas como el mar, y nuestras melodías estaban llenas de extrañas remembranzas.
Y cuando caminábamos juntos, mi Tristeza y yo, la gente nos miraba con ojos tiernos y murmuraba palabras de inexpresable dulzura.
Y había quienes nos miraban con envidia, porque la Tristeza era una cosa noble y yo estaba orgulloso con la Tristeza.
Pero murió mi tristeza, como todas las cosas vivientes, y ya solo, me entregué al estudio y la meditación.
Y ahora, cuando hablo, mis palabras resuenan pesadas en mis oídos. Y cuando canto, mis vecinos no vienen a escuchar mis canciones.Y cuando camino por las calles, nadie me mira. Solo en mi sueño oigo voces que dicen con pena: “Mirad, ahí está el hombre cuya tristeza ha muerto. ”
Es importante valorar la tristeza
De este hermoso relato sacamos como conclusión que es importante valorar la tristeza, que no debemos rechazarla ni cuestionar a quienes pasan por ella en algún momento de la vida.
Esta valoración también debe considerar la importancia de no quedarse instalada en ella, No es sano vivir tristes todo el tiempo; no es justo hacer de ella nuestro hogar. Pero sí es importante pensar qu ella será nuestra huesped en muchos momentos y que siempre tendremos una habitación para albergarla y asumirla como parte de nuestra vida. Y también es importante tomar en cuenta que si la sentimos es porque vivimos y podemos vivir con ella y apesar de ella.
Ahora veamos que pasa con la alegría, qué nos dice Khalil Gibrán.
Cuando nació mi Alegría (Gibran Khalil)
Y cuando nació mi Alegría, la alcé en brazos y subí con ella a la azotea de mi casa, a gritar:
-Venid, vecinos! Venid a ver! Porque hoy ha nacido mi alegría: venid a contemplar este ser placentero que ríe bajo el sol.
Pero fue grande mi sorpresa cuando ningún vecino mío acudió a contemplar mi Alegría.
Y todos los días, durante siete lunas, proclamé el advenimiento de mi Alegría desde la azotea de mi casa, pero nadie quiso escucharme.Y mi Alegría y yo estábamos solos, sin nadie que fuera a visitarnos.
Luego, mi Alegría palideció y enfermó de hastío, pues sólo yo gozaba de su hermosura, y sólo mis labios besaban sus labios.
Luego, mi Alegría murió, de soledad y aislamiento.
Y ahora sólo recuerdo a mi muerta Alegría al recordar mi muerta risa. Pero el recuerdo es una hoja de otoño que susurra un instante en el viento, y luego no vuelve a escucharse más.
Qué podemos decir frente a la tristeza de la alegría…
Nos acercamos a una reflexión sobre lo efímero quizas… Podríamos pensar también en que la alegría es muy pasajera y dura poco. Podríamos considerar probablemente que existe una especie de placer “mundano” en regodearnos más bien el dolor, en la tristeza y por ello permanece más tiempo en nuestra mente y por ello llama la atención y la gente se instal mas largo tiempo en este sentir.
Quizás nos habla también de la soledad que puede aparecer muchas veces en momentos de “supuesta alegría”. Esto se vive mucho en los tiempos que corren, esa soledad que se vive rodeados de multitudes, por ejemplo.
Podríamos pensar todo esto y mucho más. Sin embargo, Gibrán nos invita a otras reflexiones, vinculada con la risa y con el recuerdo y podríamos decir que también son efímeros… Puede que la risa lo sea, pero el recuerdo no. De hecho pensamos que lo unico permanente y trascendente en la vida son los recuerdos.
Hemos escuchado decir muchas veces que nunca moriremos mientras exista alguien que nos recuerde y pensamos que esto es verdad y en esos recuerdos, la tristeza y la alegría siempre van acompañadas, se toman de las manos y se vuelven eternas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
https://gustavomirabal.ae/
https://gustavomirabal.ch/
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