Anteojeras la forma de evitar distracción en los caballos
Los caballos son animales que han acompañado al hombre desde la antigüedad y con ello han ido evolucionando sus diversos usos. Así que desde hace más de 100 años se comenzaron a realizar competencias ecuestres,
En algunos de estos concursos el caballo debe llevar ciertos implementos que de una forma u otra ayudan a mejorar su rendimiento o a concentrarse.
Así, que en competencias ecuestres podemos observar que los caballos llevan un accesorio en su rostro. Este accesorio se le llama anteojeras y su finalidad precisamente es que el animal no se distraiga.
Alguna vez te habías preguntado por qué los caballos corren con una especie de máscara. En realidad, esa máscara se llama anteojeras.
En esta entrega te contaremos qué son y cuál es su función.
Tabla de Contenidos
Anteojeras, definición y concepto
A continuación, mencionamos el concepto de antojeras:
“Las anteojeras o como también se les conoce en la actualidad gringolas son básicamente de una careta de nylon a la cual se le adhieren unas copas o estructuras plásticas, que dependiendo de la forma de esta limitará en mayor o menor grado la visibilidad del animal”.
Es muy notable ver a los caballos de carreras con anteojeras, pues bien, estas tienen como función evitar que el animal se distraiga.
Según la Real Academia Española anteojeras significa lo siguiente:
“En las guarniciones de las caballerías de tiro, piezas de vaqueta que caen junto a los ojos del animal, para que no vean por los lados, sino de frente”.
Otro concepto de anteojeras es el siguiente:
“Las anteojeras son piezas que se colocan sobre los ojos de los caballos de tiro de modo que sólo vean el camino frente a ellos, para evitar que se asusten o distraigan por su visión periférica” Walrond Sallie indicó.
Muchas veces si el caballo es nervioso, no está acostumbrado a competir etc, se distrae fácilmente.
Por lo que las anteojeras sirven para prevenir que el caballo se estrese y pierda su enfoque en la pista.
Esta capucha, como también se conoce, consiste en tener dos agujeros hechos expresamente para los ojos, que están apantallados de ambos lados por barreras anteojera. Con este sistema el caballo puede conseguir tiempos más rápidos.
La concentración que este elemento aporta al caballo es muy importante.

¿ Cómo funcionan las anteojeras en los caballos ?
Una vez que hayas adquirido la capucha o anteojera deberás colocarla sobre el caballo con cuidado.
Es probable que el animal se sienta incómodo al principio porque no está acostumbrado.
Pero debes hacerle saber que ésta no le hará daño y que la tiene que usar.
Algo que ayudará mucho a la adaptación es que se la coloques durante el entrenamiento.
Como todo es cuestión de costumbres lo ideal es que comiences a colocar este accesorio de manera progresiva hasta que el caballo ya se haya adaptado a su nueva anteojera.
El propósito
El propósito por el cual se le coloca esto al caballo es para evitar la tendencia de algunos equinos de mirar hacia el lado exterior.
En este sentido, el jinete tiene que realizar verdaderas luchas para mantenerlo derecho, y otros sin embargo, tienden a acercarse mucho al resto de los caballos.
En estos casos también se le pone la anteojera para que corra completamente recto, lo que permite una menor pérdida de energía y potencial para un tiempo de carrera más rápido.
Se suele utilizar como medida de entrenamiento, sobre todo de los caballos jóvenes y los que desarrollan alteraciones bruscas en su estilo de correr o incluso en su personalidad, mayormente se le pone para corregir durante un tiempo, una vez que el caballo aprende se le quita.
Igualmente pasa en las carreras una vez que se corrige el problema, no se le pone.

Sentido de la vista del caballo
El ojo del caballo es uno de los más grandes entre los seres vivos y está ubicado hacia la porción lateral de la cabeza.
Para estos animales el sentido de la vista tiene gran importancia puesto que puede ser víctima de los depredadores. El ojo del caballo le permite tener una buena visión a lo lejos.
Además, tiene un campo visual lateral de casi 180 grados, esto representa una gran ventaja ya que logra observar inclusive lo que sucede a sus dorsos.
Las anteojeras o gríngolas, dependiendo del diseño disminuyen el rango de la visión lateral del caballo a tan solo 30 grados. En efecto, esto ocasiona en algunos caballos una mejor habilidad hacia el rendimiento físico. Esto se debe a la reducción de estímulos que el animal está observando.
el entrenador inglés John Gosdenz expresó lo siguiente:
“Restringir la visión natural del caballo es ir en contra de millones de años de evolución”
Los efectos en algunos casos puede que no sea el esperado, por ello hay que experimentar en el entrenamiento y a partir de allí tomar la decisión si aplica o no la utilización de este accesorio en el caballo.
El uso metafórico de las anteojeras o gríngolas y su crítica
En el lenguaje cotidiano, las anteojeras o gríngolas se utilizan de manera metafórica para describir a una persona que carece de una visión integral de la realidad.
La expresión popular “ponerse unas gríngolas” señala a quien se niega a ver el panorama completo, eligiendo observar solo aquello que resulta conveniente o cómodo.
Esta metáfora tiene su origen en el mundo ecuestre, donde las gríngolas —también conocidas como anteojeras— son piezas de cuero o plástico colocadas a los lados de los ojos del caballo.
Su función práctica es evitar distracciones visuales y mantener al animal concentrado en el camino que debe seguir.
Sin embargo, cuando trasladamos esta imagen al comportamiento humano, el significado cambia profundamente.
En lugar de simbolizar enfoque, las gríngolas pasan a representar una limitación autoimpuesta, una manera de evitar ver aquello que resulta incómodo o desafiante.
Por que es un problema ponerse anteojeras o gríngolas
Decimos que alguien “se puso las gríngolas” cuando selecciona la información que le favorece o cuando prefiere ignorar los aspectos difíciles de una situación.
Esta actitud se convierte en una forma de negación selectiva, donde se reduce el campo de visión emocional e intelectual para evadir los conflictos internos o externos.
Así, las gríngolas dejan de ser una herramienta de concentración y se transforman en una barrera simbólica que impide la comprensión y el crecimiento personal.
Ejemplo de ponerse las anteojeras o “ponerse gríngolas”
Un ejemplo claro ocurre cuando una persona ignora los signos evidentes de un problema financiero, emocional o social.
En lugar de afrontarlo, prefiere continuar su rutina como si nada ocurriera, concentrándose únicamente en lo que le resulta familiar o cómodo.
Hay instituciones o empresas que actúan “con gríngolas puestas”, negándose a reconocer los cambios en el mercado, errores o críticas internas.
Esta actitud conduce a decisiones poco acertadas y a una pérdida de conexión con la realidad.
Tenemos el caso de la empresa Kodak que evito ver el cambio del mercado hacia la fotografía digital porque tocaba sus intereses en el área del revelado y provoco su debacle.
Otros casos como el de Nokia que evito entrar en las pantallas táctiles le permitieron perder su liderazgo en el sector de teléfonos móviles.
En estos casos, las gríngolas representan una visión limitada del mundo, un tipo de túnel perceptivo donde solo se aprecia una pequeña porción de la realidad. Quien se las coloca, metafóricamente hablando, evita el cambio, la reflexión y la asunción de responsabilidades.
El problema de “ponerse gríngolas”
Adoptar esta postura puede ofrecer una falsa sensación de control, pero a largo plazo obstaculiza el aprendizaje, la adaptación y el progreso personal o colectivo.
La vida, al igual que el entorno de un caballo en movimiento, está llena de estímulos, matices y oportunidades que deben ser observadas con atención.
Negarse a verlos puede resultar tan riesgoso como para un jinete que, al no percibir los obstáculos del camino, compromete su equilibrio y seguridad.
En este sentido, las gríngolas, cuando se entienden en su sentido metafórico negativo, simbolizan la ceguera voluntaria.
Además, representan el miedo a lo desconocido o el deseo de permanecer cómodamente ajeno a la verdad.
Por ello, cuando utilizamos esta expresión para describir a alguien, no solo señalamos una actitud de negación, sino también una decisión consciente de limitar la propia perspectiva.
Las gríngolas metafóricas funcionan como una advertencia: cuando dejamos de mirar alrededor y solo observamos lo que queremos ver, corremos el riesgo de quedarnos estancados.
La clave está en saber cuándo quitarlas, abrir la mirada y permitir que la realidad, con toda su complejidad, nos ayude a crecer.
El uso de anteojeras mejora el foco del caballo y elimina distracciones.
La utilización de anteojeras en los caballos se puede apreciar por lo general en competencias de carreras.
Este accesorio tiene la finalidad de que el animal tenga un óptimo rendimiento así que muchos entrenadores optan por esta opción.
Cabe resaltar que este accesorio debe ser lo más cómodo posible y solamente ser utilizado en los entrenamientos y en las competencias como tal.
Lo ideal es que el caballo pueda tener su máxima capacidad de visión cuando esta en el establo o en otras actividades que no sean de entrenamientos o competencias.
Fuentes consultadas: