El arte equino, el caballo como protagonista

Por su fuerza, belleza y valentía, el caballo ha trascendido y ocupa un lugar especial en el arte.

Se trata de un animal salvaje, de vida libre que ha inspirado a muchos pintores.

El caballo es muy importante en la historia de la humanidad.

Siempre fuerte, siempre valiente, siempre el aliado fiel del guerrero.

Este équido es capaz de correr a grandes velocidades, cuidar bien a su manada y ayuda a curar personas.

En este sentido, el arte equino es el más importante dentro del subgénero animalista, el cual tiene sus grandes aportes en la pintura y la escultura.

El arte equino

El arte equino data de épocas antiguas, pues hay representaciones de caballos ya en el arte rupestre del Paleolítico.

Asimismo hay en el arte antiguo de todas las civilizaciones, excepto en las precolombinas de América, dado que los caballos fueron introducidos allí por los españoles en el siglo XVI.

El arte equino de las civilizaciones mediterráneas antiguas tuvo un particular desarrollo.

Especialmente el de la civilización grecorromana desde la cerámica y escultura de la época arcaica.

Esto debido a ejemplos tan importantes como los numerosos caballos del Partenón (de época clásica, obra de Fidias:

Los de Helios en los frontones, la cabalgata de los frisos y los centauros de las metopas) o la cuadriga del Hipódromo de Constantinopla (atribuida legendariamente a Lisipo, aunque probablemente es de época helenística o romana).

Aunque no se han conservado, tuvieron fama los caballos del escultor clásico griego Calamis.

También se han perdido la mayor parte de los retratos ecuestres de emperadores romanos (excepto el de Marco Aurelio), y otras famosas esculturas equinas, como los Dióscuros del Quirinal y los del Capitolio, fueron drásticamente restauradas.

Época medieval

Las representaciones ecuestres en el arte medieval, aunque no poco frecuentes, abandonaron la tradición clásica, que no se recuperó hasta el Renacimiento italiano, con los condottieros de Donatello y Verrocchio.

Los caballos de la Batalla de San Romano de Paolo Ucello, los de la Capilla de los Magos de Benozzo Gozzoli y los de la Batalla de Anghiari de Leonardo da Vinci (o los de los grabados de Durero y Cranach en el Renacimiento nórdico) dieron inicio a una revitalizada tradición pictórica que se desarrolló durante todo el arte de la Edad Moderna.

El dato

Los caballos son las representaciones más habituales de los geoglifos denominados hill figures (Caballo Blanco de Uffington, Edad del Bronce).

El caballo en la pintura

En la Cueva de Ekain se encuentran los primeros reflejos del arte equino. Se encuentra ubicada en el país Vasco. Ekain cuenta con una destacada colección de pinturas rupestres de caballos, relevantes por su cantidad y calidad.

A lo largo de las distintas galerías se encuentra 70 figuras y de las cuales el 58% se corresponden con caballos. Por los estudios realizados, dichos caballos no se utilizaban para la alimentación sino ya convertidos en compañeros del ser humano. Las pinturas de la cueva están enmarcadas en la cultura Magdaleniense que data entre 14.000 y 6.000 A.C.

Es uno de los más antiguos registros de la conexión entre hombre y caballo. La cueva de Ekain es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el 2008.

Avanzando en el tiempo, en la pintura china se destacó el pintor de caballos Han Gan durante la dinastía Tang, siglo VIII. Han tenía la fama de retratar no sólo al caballo sino incluso retratar su espíritu. Este nivel de profundidad en la relación entre el hombre y el caballo es admirable y pocos lo notamos en la actualidad.