El caballo y su comportamiento

El caballo y su comportamiento

el caballo y su comportamiento

Los caballos son animales muy inteligentes, con cualidades impresionantes que demuestran que su inteligencia va más allá de lo que muchos puedan pensar.

Se trata de animales capaces de percibir las emociones de la persona que tiene al frente, así como puede sentir cuando algo malo pasará a su alrededor.

Los caballos tienen además una gran sensibilidad para conectarse emocionalmente con un ser humano e incluso con un lugar.

Ya que son muy territoriales y cuando les gusta un sitio realmente quieren estar allí, lo defienden porque lo ven como su hogar.

Una de las características que deja ver la nobleza del caballo es su capacidad para adaptarse y defender su territorio.

Esto ocurre porque es un animal que ama vivir en conjunto, con una manada, no es de los que prefiere andar solo.

Inclusive, cuando un caballo es domesticado por el hombre, este se convierte en el líder de su manada y por eso lo obedece.

Sin embargo, ese proceso no ocurre de un día para otro. El animal tiene que pasar por el proceso de doma.

La doma como método de modelaje del caballo

La doma ecuestre es una técnica utilizada por el hombre a fin de doblegar la voluntad del caballo y lograr que este lo vea como el líder.

De esa forma responderá a todo lo que el humano le indique siempre y cuando se sienta cómodo.

No todos los caballos son iguales, cada uno es diferente, cada raza tiene sus propias características.

Es por ello que el primer paso para domar a un caballo es estudiar previamente su raza.

Empero, la doma es un método en el que el caballo aprende que ya no está libremente en el campo sino que ahora tiene un nuevo amo, un líder de grupo y a este tiene que seguir.

Los caballos tienen su propio comportamiento y responden de acuerdo a como se sienten en un momento y lugar.

En este sentido, es preciso conocer bien la raza y sobre todo, ganarse la confianza del caballo.

Este animal, por muy sociable que sea, necesita sentir que está a salvo donde se encuentra.

De esa manera es que dará pasos interesantes hacia su transformación a un caballo doméstico.

Recordemos que los caballos suelen andar libremente en las montañas, llanuras, etc, y de acuerdo a la forma en como los traten responderán.

El caballo y su comportamiento

El caballo tiene un comportamiento dócil, generalmente, aunque existen razas que no son tan fáciles de domar.

Ese trabajo requerirá mucha paciencia de parte del hombre y trabajo fuerte en cuanto a la construcción de una relación con el equino.

Dicha relación se debe construir día a día porque el caballo percibe cuál es la intención del humano y, si siente desconfianza no avanzará en la doma.

Los instintos de estos animales se mantienen a flor de piel.

Gracias a su sensibilidad ellos sienten cuándo es momento de permanecer o huir. De hecho, si ven que no pueden escapar pueden tornarse algo rebeldes.

Pero la rebeldía no es una forma habitual de los caballos. Estos animales son nobles y confían en las personas.

Uno de los errores más comunes que suele cometer una persona cuando quiere domar un caballo es presionarlo, pero esto no servirá de nada porque el caballo quiere establecer una conexión.

Sin conexión no hay acción.

Este animal busca crear lazos de confianza con todo lo que le rodea y eso incluye al hombre.

Es por ello que cuando una persona trata mal a un caballo este puede responder con patadas, chillidos o movimientos que busquen resguardar su integridad.

Características del comportamiento de los caballos

Los caballos, en su hábitat natural, andan en grupos, y en ese grupo hay jerarquías. Es decir, hay uno que es el líder de la manada.

Por lo general, este es el caballo más fuerte, al que todos le obedecen, el que cuida al resto y se encarga de velar porque los demás estén bien.

Cuando un caballo es domesticado por el hombre, ese liderazgo pasa a un segundo plano porque el humano es ahora su líder, el jefe de la manada.

Es por ello que el comportamiento del caballo cambia, este se hace más sumiso y aprende a confiar en su nuevo amo, lo respeta y busca establecer una conexión con él.

El caballo en vida salvaje

Se conoce como vida salvaje a aquella que llevan los animales en su propio albedrío, sin la intervención del ser humano.

Y, en el caso de los caballos, el líder de la manada suele ser un semental o una yegua que asume ese rol para proteger a los demás.

En este sentido, son muy asustadizos y huyen cuando sienten que pueden estar en peligro.

Estas características no se van por completo cuando el caballo vive en un establo construido por el hombre.

Aquellos instintos siempre están allí y cuando perciben que algo anda mal salen a flote.

Es justo cuando quieren escapar, se ponen agresivos o rebeldes. Aunque ese comportamiento no es originado sin motivo alguno. Siempre hay una razón.

Si el caballo no se siente a salvo usará ese comportamiento agresivo como modo de defensa para resguardar su vida.

Traumas en los caballos

Otro aspecto que no podemos dejar por fuera en este artículo es el comportamiento de los caballos debido a un trauma.

Los traumas también le ocurren a los caballos. A continuación citamos un par de ejemplos.

Ejemplo 1

Cuando un caballo sufre un accidente estando dentro del carro de transporte muestra síntomas de miedo, no quiere entrar porque piensa que pasará lo mismo de la vez anterior.

Ahí es que sale a relucir la capacidad de memoria que tienen los caballos. Su memoria les permite recordar momentos traumáticos pero también felices.

Por eso es que son capaces de reconocer a su amo cuando llevan tiempo sin verlos, así como si les colocan alguna prenda con su olor lo perciben y motivan.

Ejemplo 2

Cuando un caballo se encuentra en alguna actividad, llámese carrera, concurso de salto, paseo por sendero etc, y se asusta por algún motivo, le dará temor realizar esa actividad nuevamente.

Y es que su instinto le dice que si hace eso es probable que se asuste o tenga un accidente.

En ese caso, la mejor forma de ayudar al caballo para que sane ese miedo es haciéndole ver que no hay nada malo allí, que saltar no es malo, que dar un paseo no es peligroso, etc.

Dicho trabajo toma su tiempo y la paciencia debe ser clave.

Al igual que los seres humanos cuando tienen un trauma les toma tiempo sanarse, porque poco a poco aprenden que aquello fue algo imprevisto pero no siempre será así.

Del mismo modo ocurre con el caballo, su memoria le dice que algo malo pasó y por tanto debe huir, pero su líder de manada (el ser humano) tiene la responsabilidad de mostrarle que no hay peligro.

Una vez que el animal lo asimila, y eso ocurre porque hay confianza con su amo, entonces se desprende de aquello y vuelve con ímpetu a hacer lo que venía haciendo.

El ser líder de la manada requiere carácter, fuerza, compromiso y responsabilidad. El caballo cuida a su familia y se siente responsable de cada miembro.

Tan así que antes de ponerlos en peligro prefiere huir junto a todo el grupo hacia un mejor lugar.

Ese mismo rol es el que asume el hombre cuando domestica a un caballo.

Por eso la importancia de que este sea comprometido y vele por la salud e integridad física y emocional del caballo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuentes consultadas:

www.gustavomirabal.es/

https://gustavomirabal.ae/
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