ÉL DANZA CON LOS CABALLOS FREDERICK PIGNON UN DUENDE CON ARTE

El oficio artístico de danzar con los caballos

 

Frederick Pignon danza con caballos

 

Frederick Pignon es un duende con arte. Es un duende que capta nuestra atención con el arte de la danza equina. Pero debemos resaltar que él, danza con los caballos compartiendo su propio sentir.

Nunca lo habíamos visto y fue encontrarnos con esas imágenes de varios hermosos corceles negros, guiados por un hombre especial. Fue encontrarnos con la entrega de un artista y de un ser que ama a los caballos, más allá de cualquier otra consideración. Es mucho que más que un domador de caballos, parece más bien un hermano que comparte la música y la danza y la trascendencia de la vida con ellos.

Fue encontrarnos entonces con un hombre diferente que establece una comunicación verdadera y empática con los caballos y que además asume la danza y esa experiencia de galopar con los caballos, como un oficio artístico.

 

Dos corceles negros con su guía, con su maestro.
Dos corceles negros con su guía, con su maestro.

 

No es un “domador” de caballo

 

Nos atrevemos  a decir que la palabra doma es inapropiada para el oficio artístico extraordinario que Fréderic Pignon desarrolla. Domar significa esencialmente dominar, subyugar. En la mayoría  de los casos se ejerce con fuerza. Y, quién sabe… en algunos momentos con rudeza, o con violencia.

La doma representa ejercicio del poder sobre  el animal, aunque no siempre se ejerza violentamente y se utilicen látigos para domarlos. Hay quienes  llaman a Fréderic Pignon  el encantador de caballos Nosotros nos atreveríamos a llamarlo “el amigo de los  caballos”. Esto, por la estrecha relación que establece con ellos, por lo que transmite  en sus espectáculos y por lo que  el mismo expresa al hablar de su experiencia.

 

Las palabras sobran
Las palabras sobran frente al amor y al agradecimiento…

El arte de encantar en una danza con los caballos

 

Realmente estamos hablando de arte. El fin último de toda experiencia artística es la belleza. Es conmover a través de la expresión de lo que se hace, bien sea  en el mundo de la literatura, o en la música o en el cine; o en la danza y en otras artes escénicas.

Este hombre que danza con los caballos en escena y que  es capaz de montar un espectáculo, seleccionando la música,  coordinando  con otros expertos en el arte, en la escenografía, logra conmover verdaderamente  a su público.

Realiza  su trabajo, bajo la presentación de orquestas  sinfónicas, dirigidas  por grandes maestros, que tocan en vivo para acompañar la representación de sus escenas  dancísticas  con los caballos, en Francia y en otros lugares del mundo.

Es un artista que establece una verdadera comunicación con sus caballos y además, transmite esa profundidad y ese afecto especial que surge de su trato cotidiano con sus corceles.

Pero no es un trabajo efectista, más bien es un espectáculo amoroso, que  logra conmover al público en una especie de encantamiento, por lo sublime de su representación al danzar con los caballos, tal cual como si se tratara  de iguales, participando de un mismos sentir, con las mismas emociones.

 

El señor  de los caballos

 

Cuenta el artista, el señor de los caballos, el amigo, el hermano de los mismos, que realmente lo que predomina en su trabajo es el cariño. Realmente es increíble cómo le obedecen, como responden a su mirada, a su leve contacto y ese cariño del que habla se evidencia en el trabajo artístico que él realiza con los caballos.

Dice Pignon que algunas veces, en escena no hacen exactamente lo que él quiere, pero inventan otra cosa para tenerlo contento, y eso para él vale mucho. Dice  que es un placer compartir con ellos ese tiempo. Esto nos habla de un artista que además de ejercer su oficio, tiene una entrega plena  a los caballos.

Cuenta el artista que es un juego divertido en el que participan todos, los caballos y él mismo. Este señor de los caballos, juega y danza al galope en los escenarios que le dan vida.

 

 

Fréderic Pignon, creador de Cavalia

 

Fréderic Pignon es director ecuestre, protagonista y creador de Cavalia, emprendimiento que inicia y desarrolla  con su esposa Magali Delgado, figura también muy importante y su compañera en buena  parte de su trayectoria. Han recorrido el mundo con diferentes espectáculos.

Frederick Pignon, vivió su infancia y su juventud  en un mundo de caballos. Sus padres de les contagiaron el amor y el respeto por los caballos. Estudió artes escénicas y después  de hacer muchas  cosas  entró con uno de sus hermanos a estudiar equitación, donde  se dio cuenta de lo mal que trataban a los caballos.  En la mayoría  de las entrevistas  que hemos revisado Pignon resalta la importancia  del respeto por  los caballos y por la naturaleza en general.

 

Frederick Pignon danza con caballos
Escena de uno de sus espectáculos.

¿Sueñan los caballos?… 

 

¿Sueñan los caballos?” Es la pregunta  que  da título a uno de sus más hermosos espectáculos con Cavalia. Espectáculo que presentó con su esposa Magali Delgado.

Dice Fréderic Pignon  que “los caballos enseñan a los humanos a ser más humanos”

Su política como artista está orientada hacia  el respeto por la naturaleza y en esta naturaleza, incluidos especialmente  los caballos.

Para Pignon, vivir con los animales es entrar en contacto con la realidad y a la vez el conecta esta realidad, con el desarrollo espiritual. Con razón es capaz de lograr espectáculos  tan maravillosos.

Fréderic Pignon está muy distante de otros especialistas en el tema. Especialistas que tienen objetivos mucho más efectistas, él logra tocar a cada persona del público por la sensibilidad que transmite.

En este espectáculo de ¿Sueñan los caballos? que realiza conjuntamente con su esposa Magali Delgado, logran una belleza sublime en la que se evidencia el respeto, la amabilidad y la complicidad que establecen  con estos animales.

Artistas, jinetes y caballos danzan de forma integrada, acompasada y empáticamente, como si se conocieran de toda la vida, como si fueran un solo cuerpo, en un mismo sentir.

 

Pignon y la comunicación en los caballos

 

Cuando Fréderic Pignon habla  sobre la comunicación que establece  con los caballos, nos refiere algunos comentarios sobre sus diferentes expresiones.

Dice que los caballos se comunican con la actitud, con  los movimientos de las orejas, con los gestos y sobre todo y muy especialmente  con la mirada. Él ha aprendido a leerlos y a valorarlos y en este sentido ha desarrollado una interesante experiencia de comunicación con ellos y ha reconocido las formas de comunicación que existe entre los caballos y las manadas.

Afirma que con el tiempo siente que se ha convertido en su protector conviertes en su protector, no es el líder  que los manda, sino el padre que pone las reglas, pero teniendo conciencia de que ellos tienen sus propias leyes. Considera que entre dejarlos en libertad y someterlos hay una vía intermedia, que es vivir con ellos y conocerlos, amarlos y respetarlos.

 

La historia de Templado. 

 

Cuenta FREDÉRIC Pignon la historia  de su caballo Templado. Como él mismo lo denomina, su estrella, su compañero desde los 20 años. Dice que Templado fue su maestro:

 Como ya era mayor, decidí dejarlo tranquilo en casa, en el campo. Pero en poco tiempo se puso muy triste.
Cuando nos vio, se puso a relinchar, a saltar como un loco, no he visto nada igual. Yo no quería que hiciera shows, es diario y es duro, pero había días en que se emperraba…
Yo trabajo con caballos enteros, no castrados, y eso les hace tener un estrés que les consume la vida. Pero nosotros podemos ayudarles a controlarlo, y por eso creo que les gustan los humanos. El padre de Templado tiene 37 años, que a escala humana equivaldría a 120. Pero lo increíble es que el equilibrio que tú les das, ellos te lo devuelven.

 

En el espectáculo algunos salen y se revuelcan felices, ¿está previsto? 

 

No, hay muchas cosas que crean ellos. Los caballos son asustadizos pero también muy curiosos, y si no perciben peligro, si creas un clima de confianza, les gusta interactuar. Un caballo espontáneamente le sacó la lengua a un acróbata y como la gente aplaudió, ahora lo hace siempre.

A usted, un caballo le besa. 

 

Suele hacerlo fuera del escenario. Cuanta más libertad doy, más interesante se vuelve la relación; digamos que el show lo decidimos entre todos: si un caballo disfruta, puede hacer mucho.

 

Frédéric Pignon EL ARTE DE DANZAR CON LOS CABALLOS

 

La felicidad de los caballos en escena

caballos tan felices en un escenario.

 

Ese es el sentido de mi trabajo, y me enorgullece que se dé cuenta. Cuando hace 20 años Magali y yo empezamos a hacer espectáculos, nos tomaban por locos.

Lo es si te conviertes en su protector (no en su líder). Yo para mis caballos soy como el padre que pone las reglas, pero siendo consciente de que ellos tienen sus propias leyes. Entre dejarlos en libertad y someterlos hay una vía intermedia, que es vivir con ellos. Le contaré la historia de Templado.

 

¿Un caballo? 

 

Mi estrella, mi compañero desde los 20 años, un maestro. Como ya era mayor, decidí dejarlo tranquilo en casa, en el campo. Pero en poco tiempo se puso muy triste.

 

Referencias bibliográficas

https://www.gustavomirabal.es/gustavo-mirabal/el-verdadero-gustavo-mirabal-castro/

https://www.gustavomirabal.es/uncategorized/gustavo-mirabal-en-el-mundo-ecuestre/

https://www.gustavomirabal.es/equitacion/el-hipismo-en-venezuela-tiene-nombres/ 

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https://www.diariovasco.com/20080325/cultura/cavalia-susurrando-caballos-20080325.html

 

 

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